Medioambiente: Arranque de frutales para la recuperación del bosque de ribera de Cañaverosa


Máquinas triturando ramas finas para incorporarlas al suelo.

En el marco del Proyecto Fluviatilis, los ciruelos que ocupaban la finca Huertecica en Cañaverosa han sido arrancados y triturados en las últimas semanas, en previsión de la sustitución del cultivo por un bosque de ribera prevista para el próximo invierno. El desarraigo de árboles, la mayoría muertos, se llevó a cabo con el fin de liberar el terreno, pero se tuvieron en cuenta principios ambientales como el fomento de la restauración pasiva, la incorporación de materia orgánica al suelo. madera y minimizar las fugas de carbono.

Hongos carpinteros sobre madera rota.

Así se delimitaron las zonas de colonización chopera (Populus alba), álamos (Populus nigra) y almeces (celtis australis) que quedaron zonas excluidas de las máquinas, dejando a los ciruelos como madera muerta en pie. Ante esta situación, se han impulsado tanto procesos de recolonización vegetal como estrategia de restauración pasiva, como el mantenimiento de madera muerta en pie, fundamental para la conservación de especies carnívoras, aves insectívoras y murciélagos. Para reducir el riesgo de incendios en estas zonas, se han talado pastos para mantenerlos bajo control.

En primer plano, un montón de madera muerta formada por troncos de ciruelo arrancados de raíz. En segundo lugar, troncos de ciruelos conservados como madera muerta en pie en una parcela restaurada pasivamente.

En el resto de zonas los árboles fueron arrancados de raíz: así, las ramas finas que pudieran generar mayor riesgo de incendio fueron trituradas para favorecer su incorporación en forma de materia orgánica al suelo y evitar fugas de carbono durante el proyecto. Por su parte, los troncos (madera gruesa) se guardaban en la finca, formando montones o colocándolos en el borde de las parcelas. Estas pilas de troncos servirán como refugios para la biodiversidad, albergando especies asociadas a la madera muerta y actuando como sumideros de carbono a largo plazo, de lenta incorporación al suelo.

Las intervenciones se llevaron a cabo en un área de 2,6 hectáreas cultivadas con ciruelos y se llevaron a cabo con la participación de una empresa local, como medida para promover el empleo y la bioeconomía en el medio rural, asociado a la restauración ecológica y fluvial. custodia. Los trabajos permitirán avanzar en la consecución de los objetivos del proyecto Fluviatilis, particularmente en términos de rehabilitación del ecosistema fluvial, aumento de la resiliencia al cambio climático y a la invasión de especies exóticas invasoras en la zona, más que aportar a la sociedad beneficios inherentes . que los hábitats ribereños ofrecen en forma de servicios ecosistémicos como amortiguar las temperaturas, ser sumideros de CO2, promover la biodiversidad, amortiguar inundaciones y/o inundaciones, etc. Además, la sustitución de un cultivo por un bosque de ribera ayudará a reducir la huella hídrica en la cuenca del Segura.

El proyecto Fluviatilis se beneficia de una convocatoria de ayudas, impulsada por la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), para grandes proyectos transformadores de carácter científico y técnico centrados en el fomento de la bioeconomía y la contribución a la la transición ecológica, como parte del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) financiado con fondos NextGenerationEU.

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Fuente de la imagen: www.asociacionanse.org

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