Sucesos: Doce personas fueron detenidas tras más de un año de investigación y se incautaron 2.065 kilogramos de cocaína.
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Doce personas fueron detenidas tras más de un año de investigación y se incautaron 2.065 kilogramos de cocaína.
El grupo desmantelado había creado una red de narcotráfico que simulaba una red de comercio legal para introducir grandes cantidades de sustancias estupefacientes en España.
La operación se llevó a cabo en las provincias de Cádiz, Cuenca, Madrid, Málaga, Murcia, Sevilla, Tarragona y Valencia.
Operación conjunta de la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Agencia Tributaria
Agentes de la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Agencia Tributaria desmantelaron una organización criminal dedicada al tráfico internacional a gran escala de cocaína. Se incautaron 2.065 kilogramos de cocaína y se detuvo a 12 personas, acusadas de introducir grandes cantidades de cocaína en España.
La operación se llevó a cabo en las provincias de Cádiz, Cuenca, Madrid, Málaga, Murcia, Sevilla, Tarragona y Valencia.
A principios de 2020 se iniciaron las investigaciones sobre un grupo de individuos afincados en las provincias de Murcia y Sevilla, que permitieron identificar una organización criminal cuyo objetivo era crear una red comercial aparentemente legal, importando carbón procedente de madera entre Sudamérica y Europa. poder introducir, sin ser detectado, grandes cantidades de cocaína en España a través de los principales puertos españoles.
Con este objetivo, la organización inició su actividad por el puerto de Barcelona, introduciendo decenas de contenedores del citado carbón.
Una vez llegaron a Barcelona, los contenedores fueron trasladados a un barco que la organización había alquilado en Tarragona, para que posteriormente algunos de los investigados se encargaran de descargar la sustancia estupefaciente.
Después de varios meses, debido a las limitaciones ligadas a la pandemia de coronavirus y con el fin de dificultar el control aduanero, los investigados se vieron obligados a cerrar dicha vía de entrada, debiendo generar de nuevo toda la infraestructura y logística en el puerto de Algeciras desde mediados de Abril.
La importación de cocaína se gestionó desde Brasil y Paraguay
En los meses siguientes se identificaron plenamente todos los componentes de la estructura criminal, liderada por dos familias cuyos principales miembros se encontraban en Brasil y Paraguay, desde donde realizaban toda la operación de importación de cocaína.
El siguiente paso estuvo formado por particulares que crearon empresas con el objetivo de simular el tráfico legal de mercancías con productos como carbón, arroz, melaza o productos sanitarios, muy demandados en la actual crisis sanitaria.
Estos últimos tenían su sede en Sevilla y operaban en las ciudades de Marbella, Algeciras, Cádiz y en la propia capital andaluza. Los líderes de la organización incluían testaferros en todos los negocios con el fin de ocultar sus verdaderas identidades y obtener abundantes beneficios tras la introducción de la mercancía.
El vínculo entre la dirección de la organización y el sector comercial se consolidó en Valencia con un experto en blanqueo de capitales que canalizó el dinero de la organización para capitalizar la operación de narcotráfico, diversificando sus métodos de actuación y ocultamiento con el uso de criptomonedas.
Esta persona era garantía de éxito, ya que muchas mafias de países de Europa del Este y Sudamérica recurrían a sus servicios debido a la facilidad para ocultar dinero procedente del tráfico de drogas, armas o personas, y para darle una salida para seguir financiando. crimen organizado al más alto nivel.
Debido a la alta especialización de la organización, fue necesaria la intervención de más de un centenar de líneas telefónicas por parte de los agentes, así como numerosas vigilancias y controles en muchas provincias españolas. También fue necesario analizar cerca de 200 contenedores importados desde los puertos de Brasil y Paraguay a España.
Se utilizaron 40 toneladas de carbón para esconder la droga.
Dado que la organización tenía capacidad para operar en los puertos de Barcelona y Algeciras, era muy difícil adoptar medidas en materia de importaciones, ya que se corría el riesgo de descarrilar la investigación y ser descubierta. Así, tras un exhaustivo análisis, se abrió uno de los contenedores que la organización había importado desde Paraguay al puerto de Algeciras, encontrándose en su interior un total de 63 fardos que contenían 2.065 kilogramos de cocaína, que se encontraban escondidos entre 40 toneladas de carbón, con la clara intención de dificultar su localización.
Finalmente, se realizaron un total de 16 allanamientos en domicilios, oficinas y establecimientos profesionales, procediéndose a la detención de doce personas y la investigación de otras tres, habiéndose emitido también órdenes de detención internacionales contra los ahora imputados, y que se encuentran a la espera de respuesta. de la autoridad judicial competente.
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