UPCT: Lectura del manifiesto de la Red de Unidades de Igualdad contra la violencia de género


El director, Isidro Ibarra, durante la lectura frente a la rectora, Beatriz Miguel, y el personal de la UPCT.


Esta tarde, la Universidad Politécnica de Cartagena realizó una lectura, a cargo de su director, Isidro Ibarra, del manifiesto elaborado por la Red de Unidades de Igualdad de Género para la Excelencia Universitaria con motivo del Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. A continuación se muestra el texto completo:

“Desde hace varias décadas, el 25N, Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer, ha sido un momento excepcional para reivindicar, exigir y recordar a quienes tienen responsabilidades y a la sociedad en general que, mientras persista la violencia patriarcal, no podremos lograr sociedades justas e igualitarias que respeten los derechos humanos.

La prevalencia de la violencia es cada vez más preocupante, como refleja la reciente Encuesta Europea sobre Violencia de Género (EEVG) con datos de 2022, que arroja cifras extremadamente alarmantes sobre la prevalencia de la violencia patriarcal, aunque también dibuja un contexto positivo en relación con un mejor conocimiento. y el reconocimiento de esta violencia por parte de las mujeres jóvenes.

Si bien en los establecimientos educativos en general, y en las universidades en particular, se han logrado muchos avances en materia de igualdad entre mujeres y hombres, persisten situaciones que vulneran a estudiantes, investigadores y profesores, así como a trabajadores del ámbito de la administración y los servicios. En este sentido, son relevantes las aportaciones del “Proyecto Europeo UNISAFE, para acabar con la violencia de género en la Academia”, ya que concluyen que el principal motivo por el que no se denuncian las agresiones machistas en el contexto académico es que, en muchas ocasiones, la víctima Duda de la gravedad de lo que sufrió, duda de que le crean, duda de que habrá una respuesta a lo que experimentó. Es importante no normalizar ni naturalizar la violencia vivida, es importante que incluso en las universidades nos esforcemos en visibilizar cada una de las violencias machistas que se dan en su interior.

Las universidades, como instituciones de educación superior, deben contribuir a remediar esta situación aportando evidencia científica, formando a las futuras generaciones de profesionales desde una perspectiva de género, desarrollando recursos útiles y eficaces para toda la sociedad y participando individual y colectivamente en la cultura de la igualdad que identifica, visibiliza, denuncia y aísla comportamientos y actitudes sexistas.

Además de la continuidad de la violencia de género tradicional, están surgiendo nuevas formas de misoginia, como el género trolling de las “multitudes digitales” en el universo online. En este contexto, destacan nuevos actores políticos, como la “manosfera”, alentada por movimientos transnacionales que promueven actitudes y perspectivas misóginas y antifeministas. Su influencia en la formación de opiniones y la difusión de ideas políticas extremistas moldea la imaginación y el comportamiento desde una edad muy temprana. Un claro ejemplo de ello es el «asunto Almendralejo», que reveló la violencia de género digital ejercida por un grupo de chicos menores de edad sobre más de una veintena de niñas y adolescentes, cuya imagen fue utilizada para crear pornografía utilizando inteligencia artificial. La cobertura mediática de este caso ha contribuido a concienciar a la sociedad sobre la gravedad del problema del mal uso de los avances tecnológicos, pero este no es un caso aislado, porque constantemente se reproducen expresiones humillantes contra las mujeres en el mundo digital.

Hará falta un año más para denunciar que la violencia de género es una violación de los derechos humanos en la que las universidades, como parte integrante de la sociedad, tienen la responsabilidad de implicarse activamente. Por lo tanto, este mes también es importante mostrar nuestra solidaridad con las niñas y mujeres de todo el mundo cuyo derecho a la libertad y la igualdad está restringido. Hoy, en Palestina, Ucrania, Irán, Afganistán y muchos otros lugares del mundo.

En esta ocasión, hacemos un llamado a la genealogía feminista, su historia, la producción de conocimiento académico con perspectiva de género, la fuerza de las mujeres jóvenes y la dimensión humana de la sociedad, para tejer, más que nunca, mundos de esperanza feminista, otro mundo posible. . , libre de violencia contra mujeres y niñas, porque el progreso y el compromiso social e institucional aumentan ante toda violencia patriarcal en el espacio universitario y en la sociedad en general.

Hoy, y todos los días del año, reivindicamos el feminismo como herramienta de emancipación para conseguir una sociedad en la que podamos estar y estar. Como los preciosos ejemplos de los campeones mundiales de fútbol de nuestra selección nacional, nos sumamos a su grito: #Se acabó.



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