UMU: Investigadores de la UMU consiguen mover óvulos y embriones para su uso en reproducción asistida
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El equipo liderado por los investigadores Francisco Alberto García Vázquez y María Jiménez Movilla ha desarrollado un nuevo método de reproducción basado en nanopartículas magnéticas que permite la manipulación precisa de óvulos y embriones para su aplicación en técnicas de reproducción asistida. Este material a nanoescala se une a una capa extracelular que rodea los óvulos llamada “zona pelúcida”, una especie de escudo protector que los acompaña en su viaje hacia el útero y facilita su implantación en el endometrio para su desarrollo embrionario. Pero en este proceso sólo los huevos completamente maduros y competentes son atraídos magnéticamente. Esto permite excluir a quienes no alcanzan el nivel de desarrollo requerido.
Aspectos destacados de esta investigación, publicada en la revista de alto impacto Avance de la ciencia, es que permite el control remoto de óvulos y embriones en el laboratorio así como la seguridad y eficacia de esta técnica. Los estudios han encontrado que la incubación de óvulos y embriones con nanopartículas magnéticas no afecta negativamente a la fertilización ni al desarrollo embrionario, y su presencia no tiene efectos nocivos. Además, los embriones transferidos a la madre no muestran efectos adversos sobre el endometrio ni sobre la descendencia, lo que destaca la viabilidad de este método en aplicaciones clínicas. “Este tipo de tecnologías ayudan a revertir problemas como la infertilidad humana e incrementar la reproducción animal y la producción de especies comerciales y en peligro de extinción, pero requieren la manipulación de gametos y embriones sin comprometer su capacidad de fertilización y desarrollo”, explica el investigador de la UMU Francisco. Alberto García Vázquez.
Una técnica sólida y no tóxica
Este proceso tiene la capacidad de seleccionar gametos competentes y mejorar la eficiencia de las técnicas de reproducción asistida mediante la simulación del entorno en condiciones in vivo. Además de su eficacia, la técnica ofrece un nuevo campo de investigación futura en términos de manipulación celular. La posibilidad de dirigir el movimiento de óvulos y embriones mediante un campo magnético externo permite su posible uso en tecnologías de microfluidos de próxima generación, es decir, en nuevas técnicas que imitan las condiciones de la vida real.
A pesar de su éxito en animales, se necesitan investigaciones adicionales para validar su seguridad y eficacia en aplicaciones clínicas en humanos, pero este estudio «representa un nuevo paradigma que facilita la entrada a una nueva era de las tecnologías de reproducción asistida», concluye María Jiménez.
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